Situarnos frente al niño y a su altura y dar a elegir al niño entre dos objetos
situados uno en cada una de nuestras manos elevadas en el aire, por ejemplo, dos
piezas distintas (una pieza del puzzle y una de lego) cuando está haciendo un puzzle para que escoja la correcta.
En el momento en que el niño haga extensión del brazo para coger la pieza que desea, tenemos que bajar (usando la mano en la que tenemos el objeto que no quiso) todos los dedos de su mano menos el índice elevándole este dedo índice de tal manera que el niño señale el objeto que desea obtener. Este proceso debe ser rápido, debe durar a penas un par de segundos. Además, al principio, para facilitar el proceso, después de ayudarle a extender el dedo índice debemos acercar el objeto que desea hasta su dedo índice para que lo toque. Posteriormente iremos eliminando progresivamente la ayuda física hasta que sea el niño el que toque con su dedo índice aquello que desea.
Es fundamental que cada vez que el niño
señale algo le digamos el nombre de aquello que señala, a parte de darle el
objeto que nos solicita.
También es muy importante variar la mano en
la que colocamos el objeto que el niño desea para asegurarnos de que está
haciendo una elección estudiada y premeditada y no simplemente un movimiento
mecánico.
Una vez que el niño sea capaz de elegir
entre dos objetos que le mostramos en nuestras manos, el siguiente paso es
provocar una elección de algo que desea y que está colocado a distancia.
Cada vez que el niño nos tome de la mano y tire
de nosotros para conseguir algo que desea (instrumentalización del adulto)
debemos instarle, usando el método arriba indicado, a señalar lo que quiere
obtener para que así sea capaz de comunicar sus necesidades y deseos. Además,
debemos de ayudarle a ejercitar el acto comunicativo de señalar siempre que sea
posible en las distintas situaciones de la vida cotidiana para que el niño sea
capaz de generalizar las habilidades aprendidas.
Finalmente, es muy importante dar refuerzos positivos al niño cada vez que haga algo bien para alabar su actuación y favorecer así su repetición y la adquisición de la habilidad comunicativa.Podemos decir:¡Bien!, ¡Qúe bien señalas!...
Fuente: La BiblioTEA
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